Pasarela en Les Cedres, Lausane
2012. Primer Premio. En colaboración con MC2
2012. Primer Premio. En colaboración con MC2
Se busca que desde la autopista se produzca el menor impacto visual posible. Una leve cinta de apenas 30cm de espesor flota sobre la carretera. En un equilibrio que parece desafiar a las fuerzas de la gravedad, como sucede en algunos números circenses. A ambos lados de la circulación, taludes con masas de arboles, pequeños fragmentos del bosque autóctono de hoja caduca (robles, hayas, castaños), propios de las tierras bajas próximas al Lago Leman. Para el peatón y el ciclista sobre la pasarela el silencio se convierte en musicales notas de color, en el que el ritmo y los tiempos los marca el transeúnte en su movimiento lineal. En semejanza con algunas experiencias del arte cinético. Para ello se ha contado con un escultor para el diseño del elemento de separación entre bicis y peatones. Por las noches la experiencia del movimiento se ve reforzada por el dinamismo de la iluminación. A ambos lados de la pasarela, luminarias lineales de LEDs (máxima eficacia, mantenimiento y bajo consumo), que se encienden y apagan de manera secuencial, activadas por detectores de presencia, según el paso de peatones y ciclistas. La pasarela, además de la misión fundamental de conectar ambos lados de la autopista, busca que pueda convertirse en un espacio urbano agradable, que invite a su uso y disfrute. Para lo cual se disponen bancos que propicien la estancia. Y en la orilla suroeste, el camino ofrece tres alternativas, una directa, otra accesible y para bicis y la tercera, también accesible, permite deambular por el pequeño fragmento de bosque, mediante un pavimento sobre elevado de madera, con ensanchamientos para la estancia. La propia superficie de madera se pliega formando bancos y tumbonas.