Hotel y Spa en el Monasterio de Monfero. La Coruña.

2004. Accésit.

 

2004. Accésit.

Vázquez Molezún decía que las pequeñas y antiguas embarcaciones gallegas (bateles, pinazas o traiñeiras), que vemos perfectamente conservadas con una espesa capa de pintura, azul, blanca, roja…, suponían, durante muchísimo tiempo, el mantenimiento de un tipo que veía como cada año le eran sustituidas pequeñas piezas de madera deteriorada, resultando que, aunque de la nave primitiva no quedara ya ninguna original, en esencia la nave era ella misma. El espacio posee ese espesor poético que se pega a algunos lugares abandonados. Se siente esa dimensión afectiva por las huellas que deja el paso del tiempo y la vegetación que crece entre sus muros. Un lugar con peso para ser transmitido. Nuestra intervención juega a instalar usos de hoy en el lugar y el sitio de los de ayer; dentro de un monumento histórico. No obstante, no nos imponemos ningún deber de reconstitución, ni de completar. El resultado ha sido simplemente la consecuencia que se obtiene del lugar en sí mismo, con su dramatismo y poder evocador, con la ayuda de los pesados muros semiderruidos, la vegetación y un programa. Una sensible actuación que transforme el espacio sin destruir su esencia y no tratando de completar lo que ya no es recuperable, es un camino inteligente para esta restauración; piezas de sutil diseño introducidas en un potente y globalizador contenedor que muestra las heridas producidas por el abandono y por el inexorable tiempo. Unas piezas ligeras que se separan de los grandes muros.