Edificio de accesos y servicios. Campus de la Justicia de Madrid
2008. Primer Premio. En colaboración con FRPO Nolaster Arquitectos: Fernando Rodríguez y Pablo Oriol.
2008. Primer Premio. En colaboración con FRPO Nolaster Arquitectos: Fernando Rodríguez y Pablo Oriol.
Próximo al futuro Intercambiador de Transporte, a la entrada al Campus y a la plaza principal, ha de ser el edificio de bienvenida al ciudadano. El programa lo libera de las limitaciones y restricciones de otros edificios del Campus; desaparece la premisa que hace óptimo el desarrollo del espacio en corona circular, apareciendo la oportunidad de empaquetar los distintos usos en áreas temáticas que permiten la construcción de un volumen cilíndrico heterodoxo. El programa de necesidades y las conexiones necesarias en planta y sección entre los distintos usos permite despiezar el volumen capaz en sólidos de variados volúmenes y generar con ellos, mediante operaciones sencillas de apilamiento, un conjunto heterogéneo de rica y flexible espacialidad. Cada una de las piezas, catorce en total, responde a una relación de crujía, convexidad y orientación que optimiza el uso; el conjunto de todas ellas se organiza mediante núcleos verticales estructurales de comunicación y servicios. La singularidad de los programas se potencia con una visión desde el exterior a través de movimientos, flujos y luces, como manifestación de la voluntad comunicadora que debe prevalecer en un edificio de accesos y servicios. Los usos administrativos, comercial y de eventos se agrupan en torno a un fluido vacío central, cubierto de la lluvia por las propias piezas en las plantas superiores. Ello permite la distribución controlada de los usuarios y al mismo tiempo mantiene la independencia espacial de las piezas como unidades completas. En la fachada, una primera piel se matiza mediante la superposición de un patrón de células fotovoltaicas en gradiente marcado por la orientación, más denso al sur e imperceptible al norte, nivelando el grado de transparencia. Una segunda piel, a una distancia mínima de 50 cm de la fachada, cualifica el interior, opaco, transparente o traslúcido y practicable cuando sea necesario.