Centro de Talasoterapia en Gijón
2002.
2002.
Siguiendo las enseñanzas de Moneo con el Kursal, nos parece importante definir con claridad el carácter y la estrategia que la arquitectura ha de seguir en los límites entre el mar y la ciudad; la arquitectura es entendida como accidente natural, pues en estos límites no pertenece a la ciudad. Es parte del paisaje. Nuestra intención es contrarrestar la rigidez impuesta en la desembocadura del río Piles. Nos fijamos en una composición de Joseph Alberts, en la que con un sutil juego de ritmos y pausas hace vibrar una línea horizontal. Es muy similar a lo que nosotros pretendemos. Hacer vibrar unas piezas elementales, dispuestas en un sentido transversal al rígido vial. El fondo de la figura, en este caso, es el espacio que pertenece al paisaje, que queda activado por el deslizamiento de las piezas, y pone en relación total un espacio que nunca debió de ser cortado.