Centro de Servicios sociales en Chamberí
Queremos advertir que la representación esquemática y esencial de nuestra propuesta obedece a la intención de expresar la idea como generadora de un leguaje arquitectónico que corresponde a aspectos sensoriales y conceptuales, previos a cualquier compromiso formal. Se analiza la realidad y sus condicionantes reaccionando ante los impulsos del contexto. Acción y reacción, forman un argumento encadenado que da respuesta al lugar, haciendo que la intervención se convierta en un hecho inherente. No es cuestión de integrar. El gran vacío urbano y público que forma el interior de la manzana de la calle Pontevedra, dentro de la compacta trama ortogonal de la ciudad, se presenta como un espacio confuso y desequilibrado. La confusión se produce al no existir la adecuada y coherente transición entre el ámbito público y el privado. El desequilibrio es debido al carácter poco homogéneo del conjunto, mezclándose en distintas escalas el encanto de las medianeras y patios de luces neutras y sencillas, sin intenciones estéticas, con viviendas muy desafortunadas en el aspecto formal y compositivo. Pensamos que no se trata de resolver una nueva pieza urbana. Proyectamos, contenido en el vacío, un nuevo espacio que nada tiene que ver con el contexto existente, con una clara renuncia a cualquier expresión figurativa. Ideamos un plano horizontal, como barrera que divide el espacio en un preciso limite físico y conceptual con lo existente. Un nuevo zenit artificial a modo de filtro. Etéreo y ligero, casi virtual, formado por esbeltas lamas de aluminio que, a modo de brillantes líneas, dividen y filtran el espacio. Colocadas en secuencias e intervalos que permiten el paso del aire, el agua y la luz; filtrando las vistas. Bajo el filtro del nuevo zenit artificial, construimos un nuevo espacio estratificado por planos abstractos, de materiales vibrantes sensibles a la luz, formando capas de intensidad variable.