Centro de Microcirugía en Caceres
2002.
2002.
2002. En la pintura tachista, los signos no son consecuencia de un trazo caprichoso. Obedecen al enésimo intento, casi matemático, de construir un sistema en busca de precisión y relaciones. El resultado es algo tan natural, espontáneo y al mismo tiempo tan estructurado como la disposición biológica de un tejido celular. En una estructura de hierro parece dominar el azar ; ese es el encanto. Todos los fenómenos de la naturaleza se rigen por leyes de economía y consumo mínimo de energía. En este proyecto, las formas se adueñan del paisaje con naturalidad. Recorriendo las curvas de nivel; buscando disposiciones circulares que permitan aproximar áreas de máxima relación y englobar con el menor perímetro la mayor superficie. Con tanta naturalidad y estructura como una organización celular. El orden es. Sin necesidad de ejes o retículas que hieran el territorio, sino con formas suaves que permitan flujos dinámicos y fáciles cambios de recorrido. Piezas que se integran en la ladera de la loma como nuevos signos del paisaje. Como rocas desmaterializadas, transparentes…